En el día de hoy y como marca el canónico blog del profesor estableceré un eje cronológico de las distintas leyes educativas que ha habido en España a lo largo de los últimos 170 años, que no es poco.
Podemos decir, que el concepto "ley educativa" tiene su fundamento en la obra de los ilustrados del s.XVIII. Aquí es donde comienza a establecerse el paradigma estatal en el que vivimos, donde se contempla una educación laica universal en pos del progreso social y económico del país. Personas como Jovellanos fueron las que esculpieron el sistema del que disfrutamos.
Sin embargo, no es hasta la Ley de Moyano de 1857 cuando se establece la primera ley educativa. Esta pretendía desarrollar las ideas humanistas por medio del incipiente método científico basado en el rigor metódico y la contrastación empírica. Su principal objetivo fue acabar con el analfabetismo rampante presente a lo largo y ancho de la población española.
La mayoría de centros educativos centenarios de nuestro país pertenecen a esta época, y se propuso por primera vez una enseñanza centralizada, gratuita y universal, dividiéndola en enseñanza básica, segunda enseñanza y estudios universitarios.
En 1970 llega la Ley General de Educación (LGE) en la que se inserta la perspectiva socioeconómica y de clase, haciendo hincapié en una enseñanza específica para familias ricas por un lado y menos acomodadas por otro. Criticaba el "memorismo" e implantó la COU.
La educación comenzaba a los 6 años y finalizaba a los 14, donde se elegía FP (más laboral) o bachiller (más erudito). Este último será igual para todas las clases sociales a fin de evitar la discriminación por clase. En la universidad se establecerán carreras cortas, licenciaturas y doctorados.
LOEDE (1985): Primera ley en la que gobernaba un partido de izquierdas (PSOE) con el inicio de la democracia. Se reconocía la libertad de enseñanza y el derecho universal a la educación. En este momento y debido a la falta de infraestructuras e inversión se establecen los conciertos públicos con colegios privados para acoger a la totalidad de niños españoles. Los colegios públicos a su vez debían poner de relieve su canon educativo, es decir, su proyecto educativo.
LOGSE (1990): En este momento la educación se descentraliza y se traspasa a las CC.AA las competencias y la posibilidad de modificar el currículum para hacerlo acorde a sus individualidades regionales.
En 2002 tuvo lugar la LOCE, primera ley implantada satisfactoriamente que introduce el Partido Popular, poniendo de relieve criterios de calidad y establecer baremos de mérito con la fijación puesta en Singapur o Corea del Sur.
En 2006 se establece la LOE, que es realmente la que sirve de base a todas las siguientes, donde lastimosamente su rasgo más recordado es la polémica por la inclusión de la asignatura de religión. También introdujo "Educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos" que pretendía (al menos, nominalmente) alcanzar los estándares ideológicos de la socialdemocracia europea. La crítica principal: bajar el rendimiento del alumnado para evitar el abandono escolar.
LOMCE (2013): vuelve a incorporar como materia vehicular la religión y recupera las pruebas externas estatales por cambio de ciclo, las conocidas "reválidas". Esta ley fue fuertemente atacada por numerosos sectores progresistas donde se incluía la mayoría del sector educativo.
En 2021 tiene lugar la aprobación de la LOMLOE modificando cosas como la repetición al final de cada ciclo, la introducción de la asignatura Valores cívicos y éticos en la ESO, la eliminación de los itinerarios (académico y aplicado) y la posibilidad de superar un curso, excepcionalmente, con asignaturas suspendidas si los docentes así lo consideran. Se implanta el bachiller general y en los valores se pone el foco en la perspectiva afectivo-sexual y feminista para dotar de igualdad plena el currículo.
Al hilo de esto último, en clase hicimos una práctica en la que nos tocó comentar por grupos aleatorios el nuevo bachillerato, donde pudimos ver cómo, al menos a título nominal se busca implantar la perspectiva de género y la educación afectiva y sexual como valores troncales en todas las asignaturas como cambios más loables.
En mi opinión, parece evidente que la educación es un pastel político que cualquier grupo de influencia quiere probar, tal vez por este motivo, nos es difícil sino imposible pensar en una educación imparcial, anti-ideológica, pero quizás es porque la educación desde su génesis es una adaptación cultural al medio que transita por todas las generaciones y es por ello entonces, imposible encontrar un criterio de demarcación científica que la vuelva inerte, porque ella es orgánica en toda su esencia, humana, plástica.
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