XVI. El tutor, como Sagitario, apunta hacia las estrellas

Hoy por la mañana me levanté con ganas de hacer otra fabulosa entrada a mi blog personal. Esta vez la susodicha versará acerca de la "acción tutorial". 

Nuestro profe Xoán nos pide a través de su blog (https://uvaprocesoscontextosmaster2012.blogspot.com) dos tareas, la primera es que destaquemos aquellos rasgos de la personalidad que tendría para nosotr@s el tutor ideal, y por otro, que enumeremos las competencias más importantes que debería mostrar este tutor ideal en las relaciones con todos los agentes, los alumnos, los profesores y los padres.

Pues bien, respecto a la primera tarea, yo considero que un tutor "ideal" debería ser aquella persona que para empezar tiene que ser empático, tal vez pienso esto porque yo siempre noté en mi época de fracaso escolar que no demasiadas veces lo fueron conmigo. La empatía es aquella cualidad básica de la inteligencia emocional que permite trascender el egoísmo propio, innato en el hombre, y conectar de alguna manera con el otro. Esto se lleva a cabo en un proceso de "duplicación" virtual que lleva a esforzarnos por situarnos como si fuésemos el otro asumiendo su pathos, es decir, su mundo pasional, lo que le gusta, lo que no, las animadversiones, etc. Considero que un tutor que no tiene empatía tiene una discapacidad para la acción comunicativa, porque el mensaje que emite lo lanza hacia un receptor que desconoce y no sabe si éste puede descifrar el código en el se inscribe su mensaje. Por lo tanto, a cada actuación intersubjetiva que pretenda, siempre encontrará un muro como el que encontraron aquellos españoles cuando intentaban comunicarse por primera vez con los indígenas precolombinos. 

¿Qué otras? Pues ya son cualidades similares pero menos importantes en mi opinión, podríamos incluir la confianza en los demás, una pizca de ingenuidad e idealismo, la asertividad para saber poner freno, el carisma para motivar a los alumnos, las habilidades sociales en general o la auto-reflexión para hacer crítica sobre sí mismo. 

En cuanto a las competencias entiendo que debe ser empático como dijimos al comienzo, ha de ser capaz de propiciar un clima de confianza en la clase, ha de ser capaz de saber escuchar a los demás y saber comunicarse y transmitir sus pensamientos, pero también debe saber manejarlas mediante la inteligencia emocional. Al mismo tiempo entiendo que debe ser respetuoso con las diferencias y tolerarlas, y especialmente en este campo creo que ha de ser ético, es decir, congruente con lo que dice y hace. En mi opinión no puede ser un mero técnico de la educación que administra unas competencias como el que administra recursos materiales, al trabajar con personas no puede prescindir de sus valores, por lo tanto, su comportamiento debe encontrarse en armonía con sus pensamientos y su acción. 

En definitiva, un tutor escolar debe reunir probablemente muchas características, todas ellas ligadas a la madurez de alguien reflexivo y experimentado. Alguien podría sugerir que existen pocas personas así, sin embargo, creo que la capacidad de proyectarse hacia un fin superior es ya, en parte, estar realizándose en ese fin, por eso, el tutor al igual que sagitario, debe posar su mirada sobre el firmamento, apuntando incesantemente hacia las estrellas...