La semana pasada tuvimos la oportunidad de ver en clase de Xoán un vídeo acerca de la educación en un "centro neuropsicopedagógico" llamado O Pelouro (OP), ubicado en la provincia de Pontevedra. Pues bien, obviando el autoapelativo con el que se dan a conocer al público (que ya es altamente descriptivo de su conciencia de la educación), hablaré en esta ocasión de mi visión acerca de su forma de educar.
Parto de la base de reconocer que no he tenido contacto directo con dicho centro y antes de los video de Xoçan ni siquiera había escuchado su nombre. Dicho esto, la primera palabra que me viene a la mente al recordarlo es el de "utopía", ¿por qué? Diría alguien. Bueno, porque más allá de la retórica mercadotécnica que se percibe en los directores del centro cuando lo explican al cámara, parece a mi entender que dicho centro pretende postularse como una alternativa directa a la educación pública, entroncando, bajo mi punto de vista, directamente con diversas ideas humanistas, como los falansterios de Fourier, la Academia platónica o el Liceo aristotélico.
En definitiva, tengo la sensación a golpe de vista de que los que no estamos acostumbrados a ver a menudo este tipo de "novedades" educativas, tapizadas de un cariz cientificista tan necesario en nuestros días (como la propia autodefinición que emplean, la "titulitis" de los docentes, etc.), OP proclama traer al siglo XII una escuela plenamente renacentista.
Los propios niños del centro manifiestan acerca de su educación que esta se basa en la metodología ABP (aprendizaje basada en proyectos), muy en boga en la actualidad, donde es la propia iniciativa del niño la que dirige su propio aprendizaje. Es decir, el menor en esta metodología proyecta sus intereses y curiosidades educativas hacia diversas académicas creativamente, las cuales son guiadas por los neuro pedagogos del centro hacia fines constructivos como el desarrollo de hitos históricos, biografías de grandes personajes, etc. Fomentando al mismo tiempo el trabajo en equipo.
Es evidente, que OP trata de teatralizar una alternativa creíble a la escuela pública (EP) y para ello se emplea a fondo en resaltar las diferencias con esta. Si a la EP podemos achacarla el hecho de "colectivizar" a los alumnos, OP pone el énfasis en su individualización, si la EP centra el aprendizaje en clases magistrales donde la información circula en sentido unidireccional (profesor --> alumno), en el centro OP se pretende que el conocimiento sea multidireccional. Es fácil contemplar este punto cuando a simple vista la propia colocación de las mesas no atiende al criterio habitual, sino que juegan con los espacios y las direcciones; se colocan en grupos, en abanico, en forma de U, etc. Todo con la finalidad de cambiar las "coordenadas" en las que circula el conocimiento.
Al hilo de esto me parece destacable mencionar la diversidad de los equipos de trabajo. Si en la EP encontramos una declarada estratificación por edades y disfunciones psíquicas y motoras, en el centro de OP observamos continuamente grupos integrados por alumnos con una diferencia de edad que oscila dos y cinco años, de diversas culturas y con diversidad funcional, algo realmente sorprendente.
En conclusión, creo que en O Pelouro apuestan fuerte a un nuevo tipo de educación, que en el fondo quizás no es tan nuevo, sino sencillamente diferente al que heredamos como fruto de la primera industrialización y en el que la mayoría nos criamos en España. Pienso que, como mínimo, hemos de reconocerles el mérito de seguir dibujando más allá del contorno que impone el folio...
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